sábado, 27 de octubre de 2012

Hoy necesito que me den un RESPIRO... uno profundo y sin preguntas, uno largo y solitario, que no llame la atención, que solo dejen que este ser se manifieste y que explore su esencia sin pensar en qué pasará, en para qué, en cuando terminara... Quiero dejar los reclamos (propios y ajenos) a un lado. No quiero pensar en el futuro, no quiero recriminarme nada, quiero dejar de apretar los dientes en un nerviosismo que contractura mi cuerpo, quiero dejar de tener miedo de hacer lo que tengo ganas, dejar de depender de los tiempos ajenos para sentir una compañía. Es que siento que si alguien compartiría mi vida diaria conmigo, si pudiera escuchar mi cabeza de verdad, se daría cuenta que no soy tan enclenque como parece, ni tan quebracho... que no soy tan ciclotímica y hay una serie de razonamientos muy entendidos que arrastran mi vida, que hay pasión, pero tampoco es una improvisación todo esto... 
Si, me gusto, me gustan mis intereses distintos, mis placeres pequeños y mi tozudez en aceptar una forma determinada de vida. Esa que también quiero, que necesito, pero con mi molde ¡carajo! con MI MOLDE
OLVIDAR el mandato de lo que hace bien y lo que no.  
Hay un límite que no logro concretar, mi cuerpo no hace lo que realmente siente, se fuerza a sentir lo que quieren, y da lo que necesitan, no lo que quiere sentir. Mi mente está clara, muy fresca y sabe perfectamente qué es lo que quiere y nunca se equivoca cuando da alertas. Mis sentimientos están ahí, duros como rocas y concisos, cada vez más duros y poco a poco más escasos... son pocos pero tan llenos de culpa que pesan. Garrotes en la sien que aprietan y cada tanto duelen. ¿quién fue el estúpido que enseño que había que racionalizarlos y entenderlos? 
Dame DAME dame, ese respiro....